Este Museo surgió como un Proyecto de Extensión de la Facultad de Química Bioquímica y Farmacia (FQByF) y hoy en día pertenece a la UNSL y su dependencia inmediata es el Departamento de Farmacia.
“Históricamente la carrera de Farmacia fue una de la que más alumnos le brindó a la UNSL y el Museo un poco cuenta esa historia. Allí hay algunos objetos que reflejan esto, como por ejemplo el título del primer egresado, el farmacéutico Ricardo Ponce. También hay un recorte del diario La Opinión donde anuncia que se recibió de farmacéutico (…) Tenemos títulos de algunos otros egresados y las placas que ellos colocaban en las farmacias”, expresó la directora del Museo, Roxana Gómez.
A los pocos años de la creación del Departamento de Farmacia (1992), en el año 1996 se presenta el anteproyecto de creación del Museo en respuesta a una iniciativa de la Lic. Manuela Molins, docente de la carrera y funcionaria de la Facultad. En el año 2003 el Museo abre por primera vez sus puertas.
Roxana Gómez expresó que junto con la vicedirectora, Silvia Arce, tienen el objetivo de darle visibilidad a este espacio y construir un fuerte vínculo con el medio. “Hemos iniciado los trámites para colocarle al Museo el nombre de Manuela Molins y tenemos la intención, en conjunto con la Nueva Editorial Universitaria, de trabajar en la reedición del libro del Museo de Farmacia. También tenemos en marcha la página web en la cual estamos trabajando”.
Parte del mobiliario con el que cuenta el lugar data del año 1880 y proviene de una farmacia de la provincia de Santa Fe. Es propósito del Museo recabar todo lo que fue la cultura de la farmacia en la Argentina y en particular en San Luis y zonas aledañas.
El mismo exhibe morteros de distintos materiales, frascos y jeringas de vidrio, cajas de cobre y porcelana, nebulizadores de metal, moldes, esterilizadores, pildoreros, capsuleros, tamices, balanzas de doble platillo, microscopios, entre muchos otros utensilios de trabajo, que fueron utilizados en los comienzos de la actividad farmacéutica.
También presenta una colección de frascos, muchos donados por las distintas farmacias antiguas de la ciudad, con excelentes detalles de decoración. Es amplio el equipamiento donado por las distintas cátedras de la UNSL que se muestran dentro del museo: fotocolorímetro, microscopios, balanzas de precisión, prensas, entre otros, que contribuyeron al desarrollo de las Ciencias Farmacéuticas en los primeros tiempos de la carrera.
Un rincón del Museo está dedicado a compilar la bibliografía farmacéutica del momento, con un mobiliario que data de 1950 y antiguos Libros Recetarios que datan desde 1920 en adelante; libros científicos de la época, como también de las distintas Farmacopeas Argentinas en sus distintas ediciones.
“Los museos son lugares accesibles al público, al servicio de éste, donde se acopia, conserva, investiga, difunde y expone el patrimonio de una comunidad. Las funciones de un museo son variadas pero básicamente generan y difunden conocimiento a partir de un acervo propio, porque es en nuestra identidad, donde comienza el patrimonio de cada uno”, concluyó la directora.
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