Maestro Carlos Fuentealba

Queremos pensar que si él te hubiera mirado a los ojos, no hubiera podido hacerlo. El balazo fue en la nuca, como un símbolo de desprecio o un indicio del miedo.
 Quien insultó, golpeó, o apretó el gatillo en nombre del poderoso, consideró seguramente “que estaba haciendo mérito”, porque observó a diario la subestimación y el bastardeo que en algunas provincias sufrimos los docentes.
Lo que sucedió hace 4 años en Neuquén fue, antes que nada, un ejemplo de lo que puede suceder cuando un gobierno opta por reprimir una demanda laboral en lugar de conceder al demandante lo que la Ley  le otorga. Entonces, debiera ser fácil impedir que vuelva a suceder; alcanzaría con recordar que a los gobernantes LOS ELEGIMOS NOSOTROS.

Carlos: colega, compañero, no te olvidamos. 
Siempre serás bandera de la lucha docente.

 Prensa A.S.D.E.
Asociación Sanluiseña de Docentes Estatales
                                                                            

La imagen corresponde a uno de los tantos murales que inspiró la tragedia de Neuquén.
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