Buscan crear saberes conjuntos sobre siembra y armado de huertas en la comuna socio productiva La Crisálida de Luján. Con lo cosechado brindarán ollas populares y armarán para la venta a precios accesibles, bolsones de verduras libres de tóxicos. Además se estudia la posibilidad de implementar la reutilización de aguas de uso domiciliario y de pozo, para riego de las mismas.
Buscan crear saberes conjuntos sobre siembra y armado de huertas en la comuna socio productiva La Crisálida de Luján. Con lo cosechado brindarán ollas populares y armarán para la venta a precios accesibles, bolsones de verduras libres de tóxicos. Además se estudia la posibilidad de implementar la reutilización de aguas de uso domiciliario y de pozo, para riego de las mismas.
Un grupo de estudiantes de la Universidad Nacional de San Luis (UNSL) junto a pequeños/as productores del norte de la Provincia, trabajan desde hace años en la soberanía y seguridad alimentaria. Previo a la pandemia comenzaron las actividades en relación a lo que son las huertas y en el 2021 presentaron el proyecto de extensión Huertas comunitarias que les permitió otorgarle un marco institucional y lograr financiamiento por parte de la Secretaría de Políticas Universitarias (SPU), para continuar profundizando en el trabajo que se venía haciendo.
La idea surgió a partir del vínculo que tenían con los/as pequeños/as productores del corredor norte de la Provincia con los/as que trabajaban en el armado y venta de bolsones de verduras agroecológicas en la Universidad. «Vendíamos a precio muy bajo, al precio de costo de los/as pequeños/as productores, todo lo que fueron las verduras que se producían acá en la Provincia», explicó Gissella Ibarra, integrante del proyecto y estudiante de la carrera de Nutrición.
Las actividades de este proyecto se relacionan a capacitaciones en función a lo que se siembra y en qué momentos del año, hacer la siembra, el armado de los plantines y el traspaso de esos plantines a las huertas. «Esto de la seguridad y soberanía alimentaria se relaciona con lo económico y está bueno saber cuáles son las verduras de estación que nosotros consumimos. No es lo mismo consumir un tomate todo el año transgénico, a que sea en el momento del año en el que se coseche, que generalmente nos damos cuenta por los precios», manifestó Ibarra.
El último fin de semana realizaron la primera actividad del proyecto desde que se aprobó, con estudiantes de la Facultad de Ciencias de la Salud (FCS) y de la Facultad de Química, Bioquímica y Farmacia (FQByF), que pudieron viajar a la comuna socio productiva de Luján, a hacer el trasplante de plantines de yacón, un tubérculo que tiene propiedades nutricionales, vitaminas, minerales y fibras, con beneficios para el intestino.
«Nuestra idea es que los/as vecinos/as de Luján, que es puntualmente donde lo vamos a trabajar, puedan estar en el sembrado y en la cosecha de todos sus alimentos, que sean libres de agrotóxicos, que no sean transgénicos, que sean saludables y después con esos alimentos que producimos, poder terminar nosotros haciendo todo lo que son ollas populares y comidas», resaltó la estudiante de Nutrición.
Además de poder visibilizar cuánto se encarecen los alimentos con el sistema productivo, se busca poner en conocimiento la posibilidad de realizar trabajos comunitarios con la Universidad y que con esa vinculación se puede llegar al objetivo del proyecto que es cosechar con los/as vecinos/as los alimentos y hacer comidas a quienes participen. Otras de las finalidades es continuar el acompañamiento a los/as pequeños/as productores en el armado de bolsones de verduras para vender en diferentes lugares de San Luis a un precio accesible para la comunidad.
El director del proyecto, Dr. Raúl Gil, expresó que se está trabajando en la idea de hacer un estudio desde proyectos de extensión de la Facultad de Química, Bioquímica y Farmacia (FQByF) para explorar la posibilidad de reutilizar aguas de uso domiciliario y de pozo, para riego de las huertas comunitarias. Se trabajará en una serie de talleres para concientizar a la gente y se hará un monitoreo para ver la posibilidad de que el uso del agua sea saludable y no implique riesgo para la salud, ya sea porque se puedan contaminar los alimentos o por exposición de las mismas personas a agua que no sea de calidad adecuada.
«El proyecto tiene una penetración territorial inusitada en la Universidad, es muy positivo que este tipo de acciones sean subsidiadas y es una deuda que estamos empezando a saldar de a poco en la Universidad Nacional de San Luis al hacer un trabajo en territorio amplio, a conciencia y procurar nutrirnos como Universidad de los saberes de las diferentes comunidades de la provincia de San Luis, y al mismo tiempo, trabajar en temáticas que son de alto impacto académico, en contextos reales y abordando problemáticas reales», dijo Gil.
Por su parte, Gissella compartió que esta experiencia les permite como estudiantes conocer las realidades y necesidades del afuera de la Universidad. «Trabajar con pequeños productores, conocer las necesidades de la gente, me parece que aporta mucho a la formación como futuros/as profesionales, que en prácticas, en lo que es el territorio, no tenemos demasiado en nuestra formación, entonces nos aporta mucho para poder conocer y en un futuro como profesionales también poder trabajar por fuera de la Universidad», concluyó.
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